Parece que fue ayer, cuando hace 4 años, dejábamos el colegio, donde habíamos crecido, y aprendido lo más básico, para enfrentarnos a un nuevo reto, “el instituto”. En el colegio, ya nos habían hablado de esta experiencia, aunque pocos sabíamos cómo sería de verdad; y ahora que hemos terminado este ciclo de educación obligatoria, puedo dar una opinión al respecto: ha sido una experiencia que pocos de los aquí presentes olvidaremos alguna vez. Volviendo otra vez a esta etapa de la vida, añadir que todos o casi todos veníamos con un poco de miedo, miedo de ver cómo sería esto, miedo de perder a tus amigos de la infancia, y miedo de que fuera demasiado difícil como para superarlo.
Y así llegas el primer día, y ves si has tenido suerte y si conoces a alguien de tu antigua etapa escolar, y si no, intentas ver a algun conocido o a alguien que parezca que pueda ser un buen compañero para esta experiencia. Poco a poco, vas viendo que los profesores no son tan atentos como en el colegio, pero sin embargo,ves que se preocupan por hacer bien su trabajo, y por que estés bien en la clase. Y así van pasando las semanas, los meses, haciendo tu primer examen, conociendo nuevas asignaturas y nuevas cosas que aprender, junto a las personas que poco a poco te van siendo conocidas, hasta hacer amigos y compañeros, aunque de eso hablaré más adelante. Y con todas estas preocupaciones, exámenes, tareas, trabajos, ha llegado Junio, y con él, el final del primero de los 4 cursos. Este día todavía parecía muy lejano por llegar, al igual que hoy parece lejano esos tiempos.
Pasas a segundo, cambias de edificio, pero ya sabes cómo va esto, y no te da tanto “miedo”, porque ya conoces a mucha gente, a muchos profesores y la organización del curso. Cambias de profesores, cambias algunos compañeros, pero no cambias las ganas de aprender y de pasarlo bien. Poco a poco, sin darte cuenta, te vas haciendo mayor, pero todavía pareces pequeño, y es que lo eres, comparado con las personas que hay allí. Parecen tan grandes, tan lejanas, tan inteligentes, que no piensas que podrás llegar a ser así nunca. Parecen hasta superiores, y sin embargo, no pensabas que después de dos años, llegarías a ser “como ellos”.
Has pasado también segundo, y te adentras en tercero. Nuevas asignaturas, más dificultad, mayor es el reto, pero mayores son las ganas para enfrentarte a él. Y como en el primer año y todos, se te pasa “volando” el curso, con los exámenes, tareas, trabajos, y ahora con el pensamiento puesto en el curso siguiente, donde tienes que dar un paso importante: poner los cimientos de algo que puedas estudiar posteriormente, y así, de tu futuro.
Llegas a cuarto, cada vez queda menos gente en tu curso. Das asignaturas diferentes respecto a otras clases, y te das cuenta de que te estás haciendo mayor, y que tienes que elegir entre una cosa y otra. Ahora es cuando estás madurando de verdad, y aunque no quieras, tienes que elegir entre muchas cosas que marcarán tu vida. Todo esto mientras... más exámenes, más tarea y más trabajos, pero ya eres capaz de hacerlo todo, o por lo menos intentar sacarlo adelante como se puede. Llegas al final del curso, y dices: ya se ha acabado esto...¿Y ahora,qué?
Ahora es cuando te das cuenta de todo lo que te ha marcado esta etapa de tu vida en tu carrera personal. Ahora te das cuenta, cómo has madurado, desde hace cuatro años solamente, de cómo llegaste hecho un niño, y ahora eres casi un adulto, tanto física como mentalmente. Y ahora te das cuenta que con esfuerzo y trabajo, se puede conseguir todo lo que te propongas, y que este esfuerzo tiene que ser constante, para conseguir todos los objetivos y todas las pequeñas metas que van formando esta competición de carreras que se llama Vida.
Ya hablado de esta experiencia, hablar de esas personas, que parece que no te ayudan a conseguir cosas como estas, pero están allí aunque no las veas. Hablo de los profesores, amigos y familiares.
Porque sí, los profesores, aunque no lo parezca, nos han ayudado a aprender, a trabajar, y lo que es más importante, a madurar. Todos nos han aportado ese granito de arena, nos han ayudado a su manera, con ganas y con ilusión de hacer su trabajo bien hecho. Sé que olvidaremos muchos de sus nombres, sus caras y hasta olvidaremos en qué momento de la vida estuvieron esas personas ahí. Pero lo que no olvidaremos es esa cosa que aprendimos en sus clases o esa pregunta que te hizo suspender un examen, pero que nunca más se te olvidará su respuesta. Porque todo eso nos ha hecho más fuertes, más maduros y nos ha hecho aprender cosas importantes en la vida, por ejemplo no hablo de matemáticas ni de lengua, sino indirectamente, como el trabajo, esfuerzo, compañerismo,etc, que son cosas que nos marcarán siempre.
Y esos compañeros, esos desconocidos al principio, y que poco a poco has ido conociendo, hasta en algunos casos convertirse en una amistad que puede que dure por siempre, o incluso, parejas que en un futuro formaran una familia. Porque después de cuatro años, has conocido a mucha gente, mucha formará parte de la inmensa mayoría cuando salgamos de aquí, quizá ni te hables con mucha de ella, pero en el fondo, siempre ha habido un momento en el cual te ha ayudado esa persona, o tú a ella. Aunque de aquí, seguro que saldrán muchas amistades, amistades verdaderas, de esas que duran hasta el final, de esas que conoces el principio, pero no sabes cuándo acabarán, porque sinceramente, no acabarán nunca. Porque puede que esas personas siempre estén a tu lado, y puedo dar gracias de, en mi caso, haberlas conocido aquí.
Ahora muchos caminos se separaran, porque no todos seguiremos el mismo rumbo al terminar la ESO. Muchos seguiremos estudiando, persiguiendo ese sueño, al igual que los que se incorporarán al mundo laboral. Pero todos tenemos una finalidad común, conseguir nuestros objetivos en la vida, y diseñarlos, porque muchas veces, no tenemos objetivos claros.
También, dar gracias a esas personas que siempre están a tu lado, hablo de la familia. Esos “amigos” con los que a veces discutes, muchas veces, pero que en el fondo, los quieres, y ellos a ti. Te han apoyado cuando has estado mal o estresado por algún tipo de exámen, te han castigado, al igual que cuando has hecho algo mal,pero por tu bien, para que aprendas. Muchas gracias por esos apoyos, por esas ganas que habéis demostrado por seguir adelante y enseñarme que vale la pena luchar por un sueño.
También dar gracias a los que han hecho posible vivir este acontecimiento, hablo del Equipo Directivo y el Departamento de Orientación, que han trabajado para que todo funcione correctamente.
Solo terminar diciendo que esta experiencia ha valido la pena vivirla, aunque hayamos trabajado y hemos dejado aquí muchos de nuestros esfuerzos,hemos vivido risas, enfados, llantos, decepciones,pero con ellos hemos encontrado éxitos y triunfos. Puede ser que olvidemos lo aquí vivido, pero siempre nos quedarán pequeños recuerdos, que algún día añoraremos, de esta etapa, que hoy da a su fin, porque como dijo Marco Valerio Marcial :“Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces”.